Antònia Font corona su mejor año con el Premi Nacional de la música

Son de todo menos académicos. Lo que no les ha impedido que este 2008 haya sido su gran año. La imaginación cósmica y el buscado surrealismo de los integrantes de Antònia Font les ha granjeado desde un Premio de la Música como mejor álbum pop por Coser i cantar --el primer disco catalán que se alza con este galardón-- hasta este recién anunciado Premi Nacional de la Generalitat, que culmina una trayectoria tan estratosférica como su inspiración. Un dato revelador: en apenas dos lustros, Joan Miquel Oliver y compañía cambiaron las actuaciones de las fiestas mayores por el mismísimo Liceu el pasado 30 de marzo, en un apoteósico y aclamado recital en versión orquestada.

A estas alturas de su reconocimiento, decir que son la banda más inquieta y genial del pop catalán resulta una obviedad. En este último disco, el quinteto ha ido inyectando de rumba, reggae y bossanova su espíritu verbenero, dejando para la posteridad joyas como el rap Astronauta rimador. Y desde principios de este fértil año, han figurado en todos los berenjenales, ratificando así su vigoroso estado de salud: en el Cruïlla de Cultures de Mataró, en el Festival de Arbúcies, como cabeza de cartel del Día de la Música en Valencia, en el Summercase... La gira de su galardonado disco continuará este invierno, por teatros. Y el incansable Joan Miquel Oliver seguirá dando mucho que hablar.
El compositor y guitarrista, quien por ciento también ha emergido como la última revelación literaria con su novela-pop El misteri de l'amor, se encuentra ahora grabando el que será su tercer disco en solitario. Un lanzamiento que prolongará el recién editado maxi-single titulado Sa nuvia morta / Hansel i Gretel, con el que demuestra una vez más ser un outsider total.

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